El Sínodo de los
Obispos, evento de la Iglesia Universal entre los más relevantes, nos ha
abierto el corazón a todos los continentes, donde el Misterio de Jesús
Eucaristía ha llevado sus frutos a todos los pueblos de la Tierra. En este
contexto deseamos traer la experiencia de las Cofradías, instituciones laicas
que, aunque se remontan a los albores de la historia de la Iglesia, llevan
consigo carismas y una vitalidad eclesial tales como para permitirnos sometelas
a la atención de los Padres Sinodales como instituciones particularmente
apropiadas para convertirse cada vez más en “una nueva frontera” de la
Evangelización.
Actualmente se
reúnen bajo la Confederación de las Cofradías de las Diócesis de Italia,
instituida por la Conferencia Episcopal Italiana y son guiadas, siempre bajo el
encargo de la C.E.I. por S.E. Mons. Armando Brambilla, Obispo Auxiliar de Roma
y Delegado para las Cofradías y los Pías Asociaciones.
Para celebrar
dignamente el Año de la Eucaristía, la Confederación de las Cofradías de las
Diócesis de Italia promovió, en Bolsena y Orvieto, ciudades eucarísticas, el 24
y el 25 se septiembre de 2005, una especial convocación nacional del “Camino de
Fraternidad” de las Cofradías italianas, en particular de las que llevan la
denominación de “Santísimo Sacramento”.
La Confradía no
vive encerrada en sí misma, sino que es un componente eclesial misionero,
centrado en una pastoral global de la familia. Tal pastoral se distingue por
una formación cristiana permanente cuidada por el sacerdote, Primicerio, que la
anima a: 1) la vida de la liturgia y de la devoción, atenta a la vida
Diocesana, particularmente sensible al llamado del Obispo; 2) la vida
caritativa, con obras que superaron la prueba del tiempo, mantenidas a través
de la administración de los bienes, de los cuales disponen con la aprobación
diocesana; 3) el testimonio responsable ante la propia ciudad, en los barrios y
en las diversas realidades de trabajo (no son pocas las Cofradías vinculadas a
artes y oficios), con una participación “como cristianos” en la vida civil y en
los eventos sociales. La trayectoria de formación a la vida cristiana es
fundamental para entrar con el espíritu adecuado en la conducción de los
diversos servicios, son indispensables para el autogobierno de la Cofradía,
procediendo a realizar las adquisiciones técnicas de la administración en el
espíritu de quien se ubica entre los últimos si “quiere ser el primero en la
secuela de Cristo Jesús”.
Por esto, las
Cofradías, dóciles al Magisterio de los Sumos Pontífices y de los Obispos, han
sabido conservar con la experimentación de siglos, tesoros de fe y el
patrimonio de religiosidad popular, centrado en el Culto Eucarístico, que se
expresa a través de un patrimonio artístico y de oratorios a disposición de
momentos de agregación misionera en la dimensión de la cultura y de la
comunicación, que hoy entrecruzan de manera ineludible la misma realidad
pastoral, la misión y la evangelización de los pueblos.
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